
Hay ocasiones en la vida que tras una puerta puedes volver al pasado, aquellos años 70 cuando los rulos y las pinzas eran los amos de las peluquerías, aquellas tardes que pasaba con mi madre esperando que le subiera la permanente, le pusieran los rulos, el paso de los minutos bajo aquel secador que te dejaba fuera de las conversaciones y que a veces te recalentaba las orejas,aquel pasar de hojas de las revistas que estaban arrugadas de tanto pasarlas, el olor a los tintes, la laca...¡Qué bonito es recordar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario